martes, 12 de febrero de 2013

~~~~~~


                Sal de la cama, respira: sabes que te aguarda un día más, un intervalo de tiempo entre dos estados de abyección mental en los que todo es posible; donde eres tú y nadie más quien pone las reglas. A veces tan solo una historia como cualquier otra es la que se da en tu mente, es tu inconsciente quien habla y a veces solo necesita tranquilidad, nada más que una apacible historia en la que poder relajarse y desconectar.

                Sin embargo el conocimiento que esta parte oculta de nuestro ser alberga es mayor que la que jamás lograremos que nuestra parte consciente y racional llegue a atisbar jamás.

                Es por esto que a veces y sin motivo aparente en estas misteriosas fantasías que nosotros mismos nos proporcionamos acaecen sucesos completamente inverosímiles, sin motivo aparente se nos presentan y cuando llegan a su fin es como si realmente hubieran sucedido, te alteran y te ofrecen una oportunidad única para dudar, para pensar y mejorar; ver que aspectos de tu vida pueden ser los afectados. Una firme convicción enraizada en esta historia cambia un pensamiento que antes tenias; no sabes el motivo pero tienes la certeza de que antes estabas equivocado.

                A partir de ahí actúas en consecuencia al cambio del que has sido víctima y sobre el que serán base algunos futuros acontecimientos.

                No le des más vueltas; empieza otro día y piensas en cuanto tiempo has estado pensando esto, en cuanto tiempo has perdido, pero no, sabes que realmente no los has perdido y no solo eso, si no que seguramente será el momento más productivo del día, un aprendizaje que solo la vida puede ofrecerte.

                Te planteas cuantos instantes como ese se te habrán brindado y habrán pasado ante ti, inadvertidos por que “tenias cosas más importantes que hacer”, te da rabia cada oportunidad perdida, cada momento desperdiciado y, a pesar de que te queda prácticamente toda la vida por delante sientes que el tiempo se te escapa, te falta… Te propones no desperdiciarlo nunca más, vivir cada momento como este lo requiera, darle importancia a todos los aspectos de tu existencia en la medida que lo requieran, en resumidas cuentas: vivir y ser consciente de ello.

                Se te ha pasado toda la mañana, sigues en la cama, no has hecho nada de todo lo que tenías y querías hacer, te da igual; simplemente te levantas y te dejas llevar. No cambiarias esa mañana por nada, sonríes y dejas que la vida fluya. No volverá  a pasar en balde.

Att. All

lunes, 4 de febrero de 2013

Música


                A lo largo de nuestras vidas toda nuestra generación nos pasamos una gran cantidad de horas escuchando música pero, ¿por qué? ¿Os habéis fijado de los efectos que esta tiene sobre nosotros? ¿Y en lo que hacemos cuando la escuchamos? Y lo que es más importante, ¿os habéis fijado en todo lo que no hacemos cuando escuchamos música?

                La música es un pilar fundamental en nuestras vidas, y esto es así porque nos permite desconectar, no pensar en nuestro futuro inmediato ni rememorar el pasado, es decir, nos puede hacer dejar a un lado nuestras preocupaciones, nuestros temores. A veces la escuchamos por simple disfrute, lo cual está bien; pero muchas veces lo hacemos por mera inercia.

Hoy día todos adolescentes pasamos una cantidad ingente de tiempo pendientes de este gran arte, pero ¿a costa de qué?

                Nos condenamos a no ver lo que sucede a nuestro alrededor, a no pensar sobre la realidad que estamos viviendo ahora mismo, a dejar de lado todo lo que podríamos apreciar o aprender en un breve paseo.

                Nos sigue faltando la respuesta, ¿Por qué lo hacemos? La música ya desde que nacemos está presente en nuestras vidas, expertos aseguran a nuestros padres que ciertos compositores nos ayudarán incluso antes de haber nacido. La tenemos en la radio, televisión, publicidad… nos ha rodeado durante toda la vida y, al igual que pasaría con una droga, nos crea una cierta dependencia, la necesitamos; pero no es la música en si lo que necesitamos si no el efecto que esta crea sobre nosotros.

                Estamos acostumbrados a esa sensación de atemporalidad e inconsciencia. Necesitamos tener la cabeza vacía, nos agobia estar solos en silencio con nosotros mismos, nos asusta pensar. ¿Cuál es la definición de fiesta? ¿Salir, beber y estar mil personas apelotonadas en un espacio diminuto donde la música no nos deja ni oír nuestras?

                ¿Dónde está el sentarse a hablas frente a un café o una copa de vino y reflexionar? La mayoría de conversaciones son insustanciales, no tienen alma; su única función es poner al día a amigos y conocidos, librarnos de una posible tarea, ofrecer una visión distorsionada de la realidad para no tener que afrontar consecuencias o cualquier otra banalidad. Ya nadie queda para hablar si no hay nada que contar, tendríamos que hablar un poquito menos, pensar un poquito más y que la música sea el fondo, no el contenido.

Att. All

domingo, 3 de febrero de 2013

Aprendizaje


                Aprender, curioso que esta palabra haga referencia a prácticamente toda nuestra existencia; desde que nacemos hasta que morimos, desde que nos despertamos hasta que lo volvemos a hacer y, curiosamente, a pesar de estar toda nuestra vida aprendiendo también nos pasamos todo nuestro tiempo enseñando.

                A cada instante de cada día, mes tras mes y año tras año aprendemos y enseñamos algo. La mayoría de estas enseñanzas -tanto dadas como recibidas- pasan inadvertidas a nuestro entendimiento, pero se van almacenando una tras otra en los rincones más inhóspitos de nuestra mente y muchas quedan asociadas a los recuerdos que menos podrías imaginarte.

                De repente un día, un martes cualquiera a las cuatro de la tarde te das cuenta de que todo encaja, tiene sentido; y no entiendes como un día pudiste tener una visión de realidades independientes.

                Cuando te has dado cuenta de esto –llevas toda la vida aprendiendo- eres más consciente de todo lo que no sabes, y lo que te parece más terrible aun, de lo que jamás sabrás. Al percatarte de esto empiezas a sentir algo, un impulso que desconoces; pero ahí está. No te bastan con seguir como hasta ahora, no quieres ir granito a granito lo quieres todo y lo quieres ya.

                Tu vida ha cambiado, eres más consciente de tu mundo, ya no estás a la espera, ahora buscas. Te das cuenta de muchas cosas que suceden en tu entorno e incluso en tu vida y te preguntas si siempre pasaron; piensas, evocas, intentas recordar… no es suficiente ya que no puedes recordar algo a lo que, en su día, no prestaste atención. Dejas la respuesta como incógnita, te faltan datos pero aun así albergas la esperanza de ser algún día capaz de desentramarla.

                Después de asumir esta decepción vuelves a encaminar tus esfuerzos, tu energía a saber; primeramente sobre ciertos temas por los que siempre has tenido cierta afinidad, pero con el tiempo no discriminaras saber alguno.

                Cuando has llegado a esto descubrirás algo, te impactara, pero no te quedara más remedio que asumir la verdad que hay en todo esto. “Todo el mundo tiene algo que enseñarte” no encontraras en tu vida una persona de la cual no puedas aprender nada.

                Ahora la gente te interesa más, te das cuenta del error que has cometido durante toda tu vida al no valorar a todo el mundo, al menospreciar a alguien.

                Ha llegado el momento de que te conviertas en una esponja; te fijas en todo lo que puedes y te recriminas a ti mismo el no ser capaz de tener consciencia de todo lo que a tu alrededor sucede.

                Llega el momento en el que paras, pones pausa y, no sabes porque, desconocer por completo la temática, todo es muy confuso y va muy rápido pero estas pensando. Entran ideas en tu mente que te son extrañas y te preguntas su procedencia, no eres capaz de averiguarla, no te importa, es más, te encanta ya que te ves abierto a nuevos horizontes, nuevas realidades tan o más reales que con las que siempre has estado familiarizado.

                Nuevas dudas, nuevas incógnitas; te preguntas si te habrá pasado lo mismo que la vez primera. Se te abrió un nuevo mundo y ahora cuestionas tu visión. ¿Realmente eres consciente? Sabes que no, es más, asumes que lo más seguro es que nunca llegues a serlo.

                Miras todo esto y te das cuenta de que no importa, la perfección nunca ha sido tu verdadera meta y, cuando deberías haberte desanimado ves que no solo no es así, si no que sigues con una motivación igual o superior a la que ya residía en ti.

                Este no es un camino que se pueda recorrer de principio a fin, no tiene forma ni es el mismo para dos personas. No sabes a ciencia cierta cuándo empezó, solo tienes la certeza de que no quieres que toque fin a pesar de que también desconoces en qué momento acabará. A veces será fácil, sencillo como respirar, otras tan cuesta arriba que te parecerá caminar en vertical, pero jamás lo dudes: merecerá la pena.

                Todos los días aprendes, momento a momento creces; puede ser gracias a la misma persona, a un grupo, a una persona diferente cada momento o simplemente al mundo que te rodea, la verdad es que da igual, pero entre todos te ayudan a seguir progresando y eres consciente de ello.

                Esa consciencia se amplia, te vas haciendo nuevas preguntas e, inevitablemente, tarde o temprano te cuestionaras: ¿Al igual que mi entorno me enseña, les estaré enseñando yo también? La respuesta es obvia, si. Pero lo que realmente importa es analizar y pensar: ¿Qué les estoy enseñando? ¿Qué es lo que transmiten mi comportamiento y mi actitud?

                Has dado un nuevo paso, sabes una cosas más la cual posee un tremendo potencial, ahora solo tú decides como y para que utilizarla, eso sí; por haber descubierto todo esto jamás te creas invencible, estas aprendiendo y, al igual que tu, también mucha gente.

Att. All